lunes, 30 de noviembre de 2015

RESEÑA DEATHCRUSHER 2015 (SALA SANTANA 27, BILBAO)


Como sabéis no suelo hacer crónicas de conciertos salvo contadas excepciones, y en esta ocasión haré una pequeña reseña y un  pequeño apartado de mala leche, ya que a juzgar por la cantidad de medios acreditados (la parte delantera del escenario tuvo una cantidad notable de fotógrafos) las crónicas del evento aparecerán en muchos lugares, así que con unas líneas resumiré la experiencia de forma concisa.
Con un viaje organizado en tiempo record (3 días) un autobús nos llevó hasta la Sala Santana 27 de Bilbao para presenciar uno de los conciertos más esperados del año, sobre todo por gente como yo, que aún no habían tenido la oportunidad de ver a OBITUARY o CARCASS en directo. Como quiera que no marcamos los tiempos, llegamos algo tarde y nos perdimos a HEROD y VOIVOD, así que no escribiré nada al respecto de ellos, salvo que escuché un par de comentarios haciendo alusión a que se hubiera preferido suprimir a los primeros y darles 10 minutos más a cada una de las tres bandas más esperadas. El acceso a la sala (al igual que el control de salida y entrada durante el evento) fue algo que me pareció bien organizado teniendo en cuenta la cantidad de gente que acudimos al concierto, así que cuando comenzaron las primeras notas de NAPALM DEATH todo el mundo estaba dispuesto para la acción, y cuando decimos acción, hablamos de las clásicas escaramuzas que se organizan en los conciertos de los británicos, ya que sin duda ellos son EL grindcore. No hizo falta hacer fitness, elíptica o maratón, el cuarteto volvió a transmitirnos su furia y nosotros nos dedicamos a quemar grasas a base de bien al son que ellos marcaban, que como ya había ocurrido en otras ocasiones, aumentaba en intensidad con sus temas más antiguos. Les tomaron el relevo OBITUARY, y con solo nombrarlos no hace falta añadir muchas más palabras... death metal del de verdad, denso y pesado, con temas interpretados tal cual suenan en sus gloriosos álbumes, sobre todo sus temas clásicos, que fueron los que coparon su setlist y ante los cuales los asistentes quedaron casi saciados en un show casi perfecto de los estadounidenses, a pesar de que en las partes totalmente instrumentales más largas, el mayor de los Tardy abandonaba el escenario. El respetable ahorró fuerzas para seguir haciendo headbanging con los cabezas de cartel, a cuya entrada precedió esa especie de intro que Nuclear Blast utilizó en Youtube para ir metiendo en su día el gusanillo en el cuerpo a los fans de cara al lanzamiento de "Surgical steel". El cuarteto dejó a las claras porqué siguen siendo en la actualidad una de las grandes bandas, ya que al igual que Obituary, CARCASS clavan su repertorio en el escenario y siguen transmitiendo el genuino espíritu de sus composiciones, con un Jeff interactuando más con el público que John Trady y Mark Greenway, hablando, tirando botellas de agua o puas -tanto las suyas como las de Bill-, pero que bajo mi humilde punto de vista metió una pequeña gambada bajo el influjo del que llamo "Síndrome Behemoth", el cual os aclararé unas lineas más adelante. Musicalmente hablando estuvieron perfectos e hicieron un repaso a varios de sus álbumes, pero no fui el único que hecho de menos que hubiesen dedicado más temas del setlist a sus álbumes más clásicos, aunque como ya dije en su día, "Surgical steel" me parece un buen disco, al igual que a Trevor Peres, a quien vi en un lateral del escenario haciendo "air guitar" mientras Carcass interpretaban uno de sus temas. Con ello cerramos una noche cojonuda, en la que nos faltó tiempo y nos sobró gente para poder habernos encontrado con gente conocida de facebook, pero de la que también sacamos algunos aspectos negativos que como siempre no podemos omitir:
"Síndrome Behemoth": como muchos recordaréis, Behemoth tuvieron un malentendido a costa de una bandera española (os dejo AQUI la noticia para los que no os enteraseis en su día) en el Resurrection Fest, y yo no se si fue influenciado por ello o porque, el bueno de Jeff, que estaba dirigiéndose al público, estaba hablando cuando tras la palabra España dijo "perdón, ya sabemos que esto no es España, que es el País Vasco", un pequeño desliz que no venía a cuento, sobretodo teniendo en cuenta la cantidad de gente que se desplazó desde Soria, Cantabria, Burgos, Logroño, Asturias, Valladolid, Zaragoza y otros puntos del país, a los que mezclar política con música nos parece algo fuera de lugar, aunque quisiese simpatizar con los asistentes que asintieron ante tal afirmación.
Asistencia: Es cojonudo que a este tipo de conciertos asista tanta gente, al igual que medios, fotografos, etc., pero nos sigue pareciendo triste que a los conciertos de bandas de aquí o con menos nombre vayamos los cuatro de siempre cuando es a los que más se tendría que apoyar. Curioso que para los conciertos de los que hablo siempre hay una excusa (esta la cosa muy mal, me pilla muy lejos, es que me ha salido una cosa de última hora, etc.) y para este o para el de Slayer (que hicieron sold out en sus fechas a 50€) a la gente siempre le pille bien o ha conseguido dinero a última hora. Se que con este comentario alguno se dará por aludido y hasta se molestará, pero es una realidad innegable y quien quiera debatirlo tiene mi tiempo y mi atención.
Sala del evento: La sala me parece cojonuda, amplia, buena sonoridad, el escenario se ve desde casi cualquier punto de la misma, los precios no son demasiado elevados en comparación con otras salas que hemos tenido la mala suerte de sufrir... pero hay un detalle que no me gustó demasiado (bueno, hubo otro con una camarera, pero prefiero no hablar del tema porque malos profesionales los hay en todos los ámbitos), y ojala algún responsable de la sala lo lea, porque entiendo que una crítica constructiva siempre viene bien para mejorar (yo siempre estoy abierto a esa posibilidad): entiendo que hay que desalojar la sala por que hay horario de cierre, hay fiesta después, o lo que sea, pero lo que no entiendo es que se nos "pastoree", esto es, que se nos saque de la sala como a las ovejas, algo que también nos ocurrió en la Sala Heineken de Madrid porque eso denota o una falta de preparación (impresión que no me dio a lo largo del concierto) o de educación, algo que no debe faltar cuando se está de cara al público.
Y con esto doy por cerrada la "batallita del abuelo Cebolleta" animandoos a que asistáis a todos los conciertos posibles y que sigáis dandoos una vuelta por este vuestro blog. Saludos.

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